El estudio pertenece al Dr., Juan Pérez, quien ha estado trabajando con fitohormonas durante más de 10 años y ha encontrado que pueden aumentar el tamaño, el color, el sabor y la vida útil de las bayas.
En este estudio, el Dr. Pérez encontró que el uso de fitohormonas aumentó el tamaño de los granos de arándano en un 20%. También se estableció que las frutas tratadas con fitohormonas poseen un color más intenso y un sabor más dulce. Además, el arándano tratado con fitohormonas tienen una vida útil más larga, permaneciendo frescas durante hasta 5 días más que el producto no tratado.
Este descubrimiento tiene que ver con el potencial de revolucionar la industria de los arándanos porque mejora su calidad y las fitohormonas pueden ayudar a los productores a aumentar los rendimientos y los ingresos. También pueden ayudar a los productores a satisfacer la creciente demanda de bayas frescas y de alta calidad.
Existen estudios internacionales anteriores que ratifican -en berries- el resultado del investigador del INIA Quilamapu de Chillán:
- Un estudio de la Universidad de California, Davis, encontró que el uso de fitohormonas aumentó el contenido de vitamina C de las fresas en un 25%.
- Un estudio de la Universidad de Cornell encontró que el uso de fitohormonas aumentó el contenido de antioxidantes de las moras en un 30%.
- Un estudio de la Universidad de Washington encontró que el uso de fitohormonas aumentó la vida útil de las frambuesas en un 50%.
Estos hallazgos son prometedores y sugieren que las fitohormonas podrían ser una herramienta valiosa para mejorar la calidad de los berries. Se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos y para desarrollar nuevas técnicas para aplicar las fitohormonas a las bayas. Sin embargo, el trabajo del Dr. Pérez es un paso importante en el desarrollo de nuevas tecnologías para mejorar la calidad de la fruta.