La crisis en la Educación a nivel país llevó a la mayor organización educativa de Chile a impulsar una movilización social de carácter nacional, que iniciará con un hito de movilización de 24 horas, con fecha de inicio para el 26 de julio, «definido por la Asamblea Nacional del Colegio de Profesoras y Profesores».
Luego de verificar que a más de un año de conversaciones con el Ministerio de Educación, el profesorado no recibe respuestas contundentes en torno a su Petitorio, la Asamblea Nacional del Magisterio votó con un 95% la opción por el Paro Docente. Las exigencias del Gremio Docente plantean como puntos básicos la reparación de la Deuda Histórica, que se arrastra desde hace más de cuatro décadas; el cumplimiento del Bono de Retiro, cuyo no pago mantiene aún a docentes en aula que debieron retirarse hace cuatro o cinco años; el cambio en el modelo de financiamiento de la educación, para permitir cosas tan elementales como el pago íntegro de sueldos de los trabajadores.
Violencia escolar
«También, se exige por parte del Gremio Docente una serie de medidas concretas e inmediatas para enfrentar la violencia escolar que ha afectado gravemente la convivencia en las escuelas y liceos del país y los procesos de enseñanza y aprendizaje; el fin del agobio laboral docente, que perjudica directamente a la salud mental de las maestras y maestros del país; y, finalmente, una profunda revisión de los Servicios Locales de Educación Pública, la nueva institucionalidad educativa impuesta en el país y cuyos resultados han sido desastrosos, generando graves crisis educativas en distintas regiones de Chile», señalaron los directivos gremiales.
«No basta con escuchar»
Concluyen manifestando que «todos los puntos han sido planteados directamente por el Magisterio al MINEDUC, en diversas reuniones e instancias, y el propio gremio docente ha reconocido la disposición de escucha de las actuales autoridades del Ministerio de Educación, pero también el Colegio de Profesoras y Profesores ha tenido una crítica lapidaria: no basta con escuchar, deben tomarse decisiones, deben ejecutarse acciones y debe verse un sentido de urgencia que, hasta ahora, el profesorado considera ausente».