¡Cada 24 horas matan a 100 elefantes!

Todos los años, los cazadores furtivos matan cerca de 50 mil elefantes africanos para vender sus colmillos y, en consecuencia, hoy sólo quedan unos 450 mil en el mundo. Los especialistas y amantes de los animales, para detener la matanza, sostienen que hay que enfrentarse a las bandas criminales y a los funcionarios corruptos, culpables de la desaparición de los elefantes en África.

Existe un pequeño equipo de investigación que se infiltra en redes criminales para llevarlas ante la justicia. Opera en nueve países africanos y es tremendamente eficaz: ya ha desmantelado varias mafias relacionadas con el marfil ilegal, responsables de la muerte de hasta 100 mil elefantes. Avaaz, una organización internacional de voluntarios que están preocupados por los asesinatos de los paquidermos, ha sostenido que «con donaciones provenientes de todos los rincones del planeta» ha podido financiar numerosas investigaciones para poner fin a las atrocidades del comercio con partes de animales.

Cazadores furtivos matan también hipopótamos

El grupo Avaaz manifiesta que ahora que los elefantes son cada vez más escasos, los cazadores furtivos han empezado a matar hipopótamos para sacarles sus enormes dientes. La guerra contra la naturaleza es insaciable, pero las investigaciones secretas de la organización EAGLE Network están teniendo una gran repercusión: ¡hablamos de un promedio de 3 detenciones semanales!

«Las generosas donaciones de los miembros de Avaaz han hecho posibles muchas de estas detenciones, que han salvado la vida a multitud de elefantes. Nuestras acciones han tenido un impacto directo en la lucha contra el comercio ilegal de especies y, si reunimos más donaciones, podríamos financiar cientos de investigaciones e impulsar la lucha por las leyes y los tratados necesarios para proteger la vida en la Tierra. Si recaudamos suficiente dinero, podríamos cubrir gastos de formación y mantenimiento de decenas de investigadores encubiertos, que se infiltrarán para destapar algunas de las redes de tráfico más buscadas del mundo; ampliar la investigación contra el tráfico de animales en nueve países, lo que podría conllevar la detención de cientos de delincuentes que atentan contra la naturaleza; brindar respaldo a líderes indígenas que luchan para proteger la naturaleza de la deforestación, la minería y el tráfico de animales; impulsar una campaña masiva de Avaaz para conseguir leyes de restauración de la naturaleza en varios países, y contribuir así a regenerar mares, ríos y bosques, y lanzar campañas contundentes destinadas a asegurar financiación internacional para proteger la naturaleza en el Sur global y frenar la crisis de extinciones».

La comunidad de voluntarios de Avaaz ayudó a financiar un informe destacado, que sacó a la luz la venta de marfil ilegal en Europa y llevó a la prohibición total del comercio de marfil en territorio europeo. También brindó apoyo a los guardas de parques naturales de todo el continente africano, y recaudaron fondos que fueron cruciales durante la pandemia de la COVID-19. Hoy sostienen que están ante «una oportunidad de oro para aumentar la presión y desatar una poderosa estampida, desde todos los rincones del planeta para salvar a los elefantes».